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INTERESANTE 11

   

¿Fabricaron Ovnis los Nazis?

Durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial los alemanes desarrollaron portentosos inventos bélicos, entre los que se encontraban los platillos voladores.

¿Fueron creación suya, o "alguien" los inspiro?

En los primeros meses de 1945 no había un solo centímetro del Reich Alemán que escapara a los bombardeos metódicos, diurnos y nocturnos, de las Fuerzas Aéreas Aliadas. Ingleses durante la noche y norteamericanos durante el día, remachaban con firmes golpes los clavos del ataúd de la Alemania nazi.

Y fue precisamente en uno de esos bombardeos diurnos, realizados por los norteamericanos cuando los pilotos de las fortalezas B-17 tuvieron la desagradable ocasión de enfrentarse a una maravilla del aire.

Mientras los bombarderos se acercaban plácidamente a sus blancos, confiados en la cobertura de su escolta de cazas, fueron rociados por una lluvia de cohetes Fohn de cinco centímetros que los golpearon desde la retaguardia. Hubo múltiples explosiones y varias fortalezas comenzaron a arrojar abundante humo. Mientras los asombrados pilotos, trataban de reponerse de la sorpresa, entre su formación ya descontrolada se filtraban 9 aviones que volaban al doble de su velocidad mientras los rociaban con balas explosivas de 30 milímetros.

 

Estragos en el aire

Los agresores se alejaron; después de un amplio giro regresaron para un último ataque y enseguida, invulnerables gracias a su gran velocidad, volaron hacia sus bases ignorando a la escolta de cazas P-51 Mustangs.

Los pilotos americanos habían sido blanco de la escuadrilla JG-7, de Adolfo Galland formada por cazas a reacción Me-262, los primeros del mundo y que constituyeron una revolucionaria maravilla técnica que la ceguera de Hitler había relegado al olvido desde 1941.

Aquellos últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, los pilotos aliados entregaron reiterados informes en relación a "maravillas voladoras" que se suponían de origen nazi. Algunas lo eran, como el revolucionario - y único en su género - caza Me-163, el cual volaba impulsado por un motor cohete de combustible líquido y utilizaba cohetes aire-aire para atacar formaciones de bombarderos. Sin embargo había otras cosas en el aire... "cosas" que no podían ser explicadas cabalmente en términos de armamento bélico.

 

El nacimiento de los Foo

Correspondió al norteamericano Edward Schlueter, del Escuadrón 415 de Caza Nocturna, estacionado en Dijon, Francia, ser el primer espectador de un fenómeno que pasaría a formar parte de los misterios de la guerra. El 22 de Noviembre de 1944 volaba en una misión operativa contra las vías férreas alemanas cuando se topó en una colina con una impresionante (y al parecer absurda en tiempos de guerra), hilera de luces que permanecían suspendidas en el aire.

Las luces se lanzaron de pronto hacia el avión de Schlueter a una velocidad aterradora, sin que el radar y el sistema eléctrico sufrieran desperfectos que obligaran al piloto a regresar a su base.

La información de estas misteriosas luces es ampliamente conocida por los estudiosos de la Ufología, sin embargo, pocos son los que han profundizado en la posibilidad de que tales aparatos fueran en realidad armas experimentales alemanas.

Aunque se ha negado, apasionadamente la posibilidad de que los "cazas fantasmas" fueran armas secretas alemanas, se desprende del estudio de los documentos capturados por los aliados que los nazis poseían desde 1944 un ingenio automático capaz de volar a grandes velocidades, cuya función era la de crear fuertes campos de interferencia magnética para anular el radar y la radiocomunicación. Esta maravilla técnica recibió el nombre de Feuerball (bola de fuego), por la turbadora característica que poseía, la de crear a su alrededor una turbulencia de partículas fuertemente ionizadas que le daban la apariencia de una bola de fuego de gran intensidad. El Feuerball era lanzado desde una base de tierra y una vez en el aire un ingenioso equipo Telefunken a base de rayos infrarrojos, lo dirigía automáticamente hacia el calor despedido por los motores de los aviones. Después de haber cumplido su misión, el ingenio regresaba guiado por frecuencias especiales de radio y por medio de una señal descendía por medio de un paracaídas en las cercanías de su base.

Verdaderamente espectacular, pero estos aparatos sin piloto no eran más que una de las muchas creaciones que en el frenesí de la desesperación fabricaron los científicos nazis de la SS, además de otros dependientes del ejército.

 

El rayo redondo

En el primer trimestre de 1945 para nadie en Alemania era un secreto que la guerra estaba perdida; para nadie excepto para los enloquecidos líderes nazis, que trataban de corregir a toda prisa sus errores tácticos del pasado con la puesta en marcha de proyectos secretos.

Las investigaciones abarcaban una gama muy variada: ultrasonidos, cañones de aire, detectores infrarrojos, magnetismo, cazas a reacción, cohetes, aviones cohetes, cazas teledirigidos y quizás el más grandioso de todos; el rayo redondo Kugelblitz. Se trataba de una nave casi esférica, completamente automatizada, que reunía en sí muchos años de adelanto técnico. Poseía sistemas similares a los del Feuerball para anular los radares; alcanzaba velocidades realmente impresionantes; podía desarrollar una increíble capacidad para realizar las más descabelladas maniobras aéreas; tenía blindaje especial y sistemas automáticos de disparo. Estaba también equipada con revolucionarias armas, pues contaba con cañones de "turbulencia aérea" capaces de destrozar las hélices de los bombarderos, con cohetes aire-aire y con cañones sin retroceso accionados por sistemas fotoeléctricos.

La construcción del Kugelblitz era el resultado del esfuerzo combinado de algunos de los más eficientes científicos de la SS, la siniestra Orden de la Calavera, y sus características lo hacían ideal para el tipo de guerra que los estrategas nazis habían diseñado para prolongar la resistencia en la Alemania ocupada.

Pero era ya Abril de 1945.

En el caos en que se convirtió Alemania en ese mes postrero de la dictadura nazi, los pocos aeródromos aún en funcionamiento tenían que soportar continuos ataques y la Fuerza Aérea Alemana estaba prácticamente aniquilada. En un último esfuerzo se habilitaron tramos de carretera para ser usados como pistas; y fue de una de éstas de donde se elevó para su única misión el Kugelblitz.

 

Primer y último combate

¿ Se utilizó alguna vez el revolucionario caza automático ?

El asunto es difícil de dilucidar ya que los agentes de inteligencia que saquearon los archivos alemanes después de la guerra han guardado silencio, es por eso mismo no existe -o por lo menos se desconoce- confirmación alemana al respecto.

Por otra parte, las Fuerzas Aéreas Aliadas dieron parte de una gran cantidad de bombarderos perdidos sobre Alemania en los últimos meses de la guerra; estas pérdidas tuvieron lugar generalmente sobre regiones alpinas y se atribuyen a la acción del fuego antiaéreo o a las escuadrillas de aviones Me-262 y Me-163. Los demás datos son vagos... aunque no dejan de ser inquietantes.

Existe un informe, posiblemente el único, que está incluido en un estudio del Potencial Aéreo Alemán de esos días, y que fue realizado por un anónimo diplomático francés partidario de De Gaulle y residente en Suiza.

Desgraciadamente para la precisión histórica, esta carencia de fuentes comprobables resta veracidad al relato que es, en resumen, el siguiente:

"A fines de Marzo o Abril de 1945 un caza alemán de forma redonda, atacó a varias fortalezas volantes americanas que se habían apartado de la formación principal sobre los Alpes Bávaros; el caza disparó contra ellos unas "nubecillas" de color indefinido como si fuera un juego, y los aviones americanos se incendiaron. No hubo sobrevivientes."

¿ Es un dato real ?

Quizás, pero parece corresponder a las airadas amenazas del Mariscal del Aire Hermman Göerin respecto a que los bombarderos aliados "caerían como moscas; incendiados antes de que pudiesen defenderse".

Existen además otros rumores en el sentido de que el fantástico caza redondo regresó a su base felizmente pero que fue necesario destruirlo poco después a causa de la proximidad de los ejércitos aliados. Después las tropas SS destruyeron casi todos los planos del Kugelblitz y se refugiaron en las montañas para la última defensa desesperada, la cual nunca llegó a producirse.

Lo único que presta credibilidad al asunto, o a su posibilidad, es el hecho de que al rescatar algunos planos y documentos éstos cayeron en manos de personas ajenas a los Servicios Secretos Aliados. Gracias a ellos se sabe que los alemanes, por lo menos sobre el papel, habían resuelto los problemas de la construcción de los cazas automáticos.

 

Una feria de Armas Secretas

¿Poseían los nazis realmente capacidad para fabricar aviones y armas revolucionarias?

Es indudable que sí; pero para fortuna de todos, las torpezas de sus dirigentes anularon el esfuerzo de los científicos. En cuanto a su efectividad, basta un ejemplo : las llamadas Armas de Represalia V-1 y V-2, cohetes que representaron de hecho la antesala de la Astronáutica actual, fueron empleados con efectos devastadores sobre Inglaterra.

Por otra parte, los sistemas alemanes de teledirección estaban muy adelantados en materia de cohetes y sus ingenios antiaéreos podían considerarse únicos en su época. Desarrollos bélicos como el cañón de sonido, que al ser detenidas las pruebas poseía potencia mortal a 46 metros, y diversos sistemas revolucionarios de granadas antiaéreas explosivas, mediante gases, aire comprimido y propulsadas por pólvora o combustibles líquidos, pueden dar una idea de su grado de adelanto.

Obviamente muchos de los diseños, así como el personal capaz de desarrollarlos, cayeron en manos de los aliados al final de la guerra; los científicos alemanes, de buen o mal grado tuvieron que trabajar para los rusos, americanos e ingleses en el diseño de nuevas armas, o en el desarrollo de la Conquista Espacial.

 

¿Dónde quedaron los platos volantes?

Pero el mayor misterio sigue siendo el caza de forma redonda con tan parecidas características a los platillos voladores clásicos. Algunos investigadores insisten en que no fueron más que una baladronada del Ministerio Nazi de Propaganda, mientras otros, les otorgaban total credibilidad.

Desgraciadamente para quienes insisten hoy, a 57 años de distancia, en la existencia de Ovnis nazis, no existe ningún indicio verdaderamente sólido para apoyar sus tesis. Pero, por otra parte, el desarrollo de las armas secretas alemanas al final de la guerra es sumamente sugerente y no deja de plantear incógnitas.

¿Posee algún país o alguna de las grandes potencias actuales, Ovnis basados en los diseños de los años 40?

No es posible afirmarlo, pero tampoco negarlo.

Pero, antes de que pienses que estoy tratando de dar una salida superficial al problema de los Ovnis, se hace necesaria una explicación.

Definitivamente sería pecar de ingenuidad, el de creer que un fenómeno tan complejo como el de los Ovnis puede ser reproducido por aparatos de fabricación humana. Ahora bien, es muy posible que las potencias que "heredaron" los diseños de los científicos alemanes hayan trabajo en ellos, por lo que es posible también que hayan tenido algunos resultados satisfactorios; incluso que hayan perfeccionado las máquinas hasta el grado de aumentar su rendimiento y actualmente mantengan sus artefactos ocultos en arsenales secretos en espera del momento oportuno para utilizarlos. Pero eso no explica el fenómeno OVNI, por el contrario, lo complica más.

 

¿Humanos, o qué?

Todos los investigadores, excepto ciertamente los convencidos de la tesis extraterrestre y la fauna de los "contactados" conocen la característica más notable del fenómeno OVNI: el absurdo.

Es obvio que si se tratara de aparatos de fabricación humana sus ocupantes no adoptarían las conductas que acostumbran y que van desde un infantilismo evidente hasta un descaro muy peligroso, pues esto no corresponde a la lógica humana. El asunto nos plantea una tesis poco explotada: que en realidad nos estemos refiriendo a dos fenómenos diferentes entre sí, pero relacionados.

Esta breve reseña de la tecnología nazi nos ayuda para poder considerar la posibilidad de que los platillos voladores puedan ser de fabricación humana, pero de ninguna manera puede demostrar que tales artefactos existan actualmente. En cambio, el fenómeno OVNI es demasiado real, aún dentro de su marco absurdo, para negarlo. Miles de testigos de todo el mundo demuestran la existencia de "algo" ajeno a la realidad humana; algo que juega con nosotros y se manifiesta de muy diversas formas; algo que en una medida fortuita se encadena con los hechos de la tecnología nazi y moderna.

Para entenderlo hay que analizar aún otro elemento: el pensamiento que dio pie a los inventos revolucionarios de los nazis. De inmediato nos topamos con algo perturbador... la locura. Las ideas de Hitler y sus seguidores tenían una característica inhumana, estaban enmarcados en un contexto mágico evidente y eran disparatadas... lo suficiente para considerarlas prácticamente ajenas a todo aquello que represente humanidad.

Aún en nuestros días, ricos en ciencias y técnicas dispares, resulta difícil congeniar un pensamiento basado en la Astrología, la Magia Ritual y los Credos Satánicos que al mismo tiempo impulsaban el desarrollo científico de aplicaciones en el campo de los rayos infrarrojos, los ultrasonidos y la cohetería.

Los nazis fueron creaciones absurdas, ajenas a la realidad humana, y sin embargo sus logros técnicos fueron más notables. De alguna manera magos y científicos se fundieron en uno de los capítulos más negros de la historia humana y elaboraron siniestras construcciones que para fortuna de todos no cristalizaron más allá del prototipo.

 

El Nexo del Absurdo

Tenemos pues dos absurdos: el fenómeno OVNI y la "cultura" que caracterizó al periodo nazi en Alemania.

Es difícil resistir la tentación encadenar ambas cosas.

Las posibilidades son delirantes: ¿hubo nexos entre ambas corrientes de pensamiento, si es que podemos dar características de seres pensantes a los Ovnis y los nazis?

¿No resulta curioso, incluso sugerente, que los magos nazis se refirieran reiteradamente a los "señores poderosos del más allá" como sus posibles aliados? ¿No es el mismo lenguaje de los contactados?

Esta es, ciertamente una hipótesis descabellada y una simple idea; pero considero que tiene muchos elementos dignos de considerar.

Los altos jerarcas nazis; esperaban "algo" al final, quizás una ayuda de "más allá".

Para lograrla realizaron trabajos científicos, mágicos y estratégicos, y sus fuerzas fueron más allá de la locura, el horror y la brutalidad, llegando hasta la crueldad sistemática y el sacrificio humano.

Los altos sacerdotes de la Orden Negra de la SS "imitaron" sistemas de exterminio que según ellos les eran inculcados por "otros", que estaban por encima de la comprensión humana.

De alguna manera, muy obscura también, sus científicos aplicaron esfuerzos considerables al desarrollo de armas y aparatos que parecían absurdos. Pero estos funcionaron lo bastante como para demostrar que eran viables. ¿Estaban "en contacto" acaso con entidades muy familiares para la Ufología?

Como quiera que haya sido, "ellos" abandonaron a los nazis a pesar de todos los esfuerzos que estos hicieron por retenerlos, y esa conducta también es muy conocida en los patéticos casos de los contactados modernos.

No hay manera de saber qué ocurrió con los diseños OVNI de los nazis capturados por las fuerzas aliadas. Quizás para desarrollarlos plenamente se necesitaba de un nexo que sólo aquellos tenían, lo que explicaría el porque los rusos, americanos e ingleses abandonaron la idea de construir naves con los planos de los alemanes. Pero lo cierto, lo horroroso, es que la locura que asoló a Europa de 1939 a 1945 estuvo muy cerca de desarrollar técnicas que quizás es más sano ignorar en la actualidad.

¿Podrá repetirse el fenómeno?

Extraído de "Incógnitas de la Historia" - Anónimo

 

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