Llegaste a mí
al declinar la tarde
hermosa realidad de un largo sueño
y fue al fin del Otoño Primavera,
y del tronco añoso hubo un retoño nuevo.
Hijo de mi hijo,
doblemente hijo,
eso eres, mi nieto,
que hoy has venido a prolongar mi vida,
mi nombre, mi recuerdo.
Quizás repitas
en tu vida de hombre
algunos de mis rasgos y mis gustos,
más quiera Dios que en tí no se repitan
mis errores, tampoco mis defectos.
Nieto mío:
procura ser útil y bueno,
hoy te lo pide, el padre de tu padre,
por dos veces tu padre,
que es: "TU ABUELO".
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