EL CUERVO Y
EL ZORRO
UNA
FÁBULA DE LA FONTAINE
Don
cuervo, de un árbol en la rama estaba, según su fama, en el pico tenía
con cuidado un queso delicado.
Rastreando,
don zorro luego vino y le dijo con gran cortesía:
-Tenga
el señor don cuervo muy buen día. De belleza es usted un raro ejemplo, y
en verdad, si su acento corresponde al primor de su plumaje, de este
bosque salvaje el fénix debe ser.
El
cuervo vanidoso, quiso mostrar ufano su voz, el pico abrió, y en tal
anhelo el queso cayó al suelo.
El
zorro lo tomó con mucho brío, diciendo:
-Señor
mío, sepa que todo lisonjero vive de quién le oye y recibe, y esta lección,
sin que parezca exceso, vale muy bien un queso.
Entonces
juró el cuervo avergonzado, confuso y apenado, que nadie en otra ocasión
lo atraparía.
Pero
tarde, a fe mía.
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