Para
muchos soy su peor enemigo, pero lo cierto es que soy su amigo más
sincero, no sé mentir.
Como
no sé mentir, algunas
veces me siento solo e incomprendido, pero me gusta lo que hago.
Los
acompaño toda la vida, no los abandono en ningún momento.
Ayudo
a olvidar penas, amores y dolores; a veces hasta curar enfermedades.
Puedo
hacer que la gente se conozca y se ame.
A
pesar de todo, muy pocos se fijan en mí.
Si
se dieran perfecta cuenta de que todo lo veo y todo lo sé, sería mucho
más fácil la vida.
Me
despido con un abrazo muy grande. Para tí...
Tu
amigo, EL TIEMPO.
DANIEL
PERALTA
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