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AMADO HEZZE

 

Nota Periodística

A mediados de febrero del año 2000, se genera en Andalgalá, una noticia periodística, que trascendió nuestras fronteras. Un señor andalgalense, afirmaba haber visto remisiones importantes, en enfermedades crónicas y degenerativas, como el cáncer, la psoriasis, la artritis, etc., dando a los enfermos, un producto en base a plantas medicinales, que bautizó, en ese entonces, como “El Té” (hoy: “El Té de Hezze”).

Pasaron más de cinco años de aquella alentadora y espectacular noticia.

¿Qué cosas pasaron en todo este tiempo en la vida de Amado Hezze y  “El Té” por él creado?

Periodista: Ante todo, quiero agradecerle por haberme recibido para realizar esta nota.

Amado Hezze: No tiene porqué agradecerme. Siempre di la cara, en el afán de explicar, en qué consiste lo que hoy se conoce como “El Método Hezze” y que numerosos médicos, a lo ancho y largo del país, lo están aplicando y viendo sus resultados, especialmente en enfermedades de difícil curación con las terapias convencionales.

P.: ¿Método Hezze?

A.H.: Sí, “Método Hezze”.

P.: No sabía que existía el Método Hezze, ¿podría sintéticamente explicarlo?

A.H.: Si, como no. Lo llamamos Método, porque les mostramos a los que se acercan a nosotros, los caminos que creemos que debe transitar, para despertar en el organismo, los complejos procesos de sanación. Los caminos que forman el método, son tres y están orientados, a que el paciente supere psicológicamente, el conflicto activo, no superado aún en su alma, que generó su enfermedad. A eliminar, si es posible, totalmente, mientras dure el tratamiento, el consumo de productos de origen animal, el tomate y toda sustancia tóxica que altere el buen funcionamiento hepático, renal y cerebral, a fin de desintoxicar el organismo. Por último, la ingesta o aplicación de productos que le indicará el profesional actuante, orientados a levantar el sistema inmunológico, para que éste, ponga fin o no, a su patología.

P.: ¿Y qué papel juega “El Té”.

A.H.: “El Té” o los productos homeopáticos que se elaboran en Buenos Aires, están orientados tan solo, a levantar el sistema inmunológico. Esto lo decimos, porque los resultados de laboratorio nos dan esta certeza. Pero quiero aclarar algo. No tan solo “El Té” levanta el sistema inmunológico. Toda planta con su savia activa, plantas verdes, vivas, también levantan el sistema inmunológico, al igual que la oración, la meditación, la carcajada, la música, el canto, etc.

P.: ¿Y usted cree que levantando el sistema inmunológico, se puede curar un cáncer?

A.H.: No tan solo un cáncer. Tendrían que curarse todas las enfermedades inmunológicas.

P.:  Vió a lo largo de los años, muchas curaciones.

A.H.: No vi muchas, vi  muchísimas. ¿Ud. cree que si los médicos no hubieran visto remisiones tan importantes, nos estarían apoyando, poniendo en juego su título, su prestigio, etc.?

P.: En el año 2000, cuando periodísticamente se da a conocer la noticia de “El Té”, veíamos llegar a su casa, cientos de enfermos de las más distintas patologías, en busca de sanación. Hoy no vemos esa cantidad de gente que llega a buscarlo. ¿A qué se debe?

A.H.: Se debe fundamentalmente, a mi negativa de atenderlos, salvo que estén completamente desahuciados y sin atención médica. Yo entiendo, que un enfermo, debe estar en manos de médicos, porque considero que es la persona idónea para atenderlo. Yo no soy médico, así que mal puedo solucionar sus problemas. Lo único que les puedo aportar a los médicos, son mis vivencias de largos años, que me permitieron ver, que en el reino vegetal, está la curación de casi todas las enfermedades.

P.: Catamarca, ¿conoce todo esto?.

A.H.: Muy pocos médicos, conocen lo que hicimos y estamos haciendo. La mayoría, siguen las terapias tradicionales orientadas tan solo, a neutralizar los síntomas y a bloquear el dolor.

P.: ¿Podría explicarme mejor este punto?

A.H.: Si, como no. Tomemos cualquier enfermedad inmunológica: Cáncer, Sida, Artritis, Psoriasis, Lupus… 

P.: Un cáncer por ejemplo.

A.H.: Bien, hablemos del cáncer. Yo creo que esta patología, aparece siempre, después de un estado emotivo traumático, vivido en soledad y no superado en el tiempo. Coincido plenamente con el Dr. Ryke Hamer, el creador de lo que hoy se conoce como “La Nueva Medicina”.

P.: ¿La Nueva Medicina?

A.H.: Si, la nueva medicina. Un médico, en Andalgalá, me acercó, creo que en el 2001, unos apuntes, para que vea la similitud que había, en lo que yo sostenía, con las ideas del Dr. Hamer. Para mí, fue una verdadera sorpresa. Decíamos casi lo mismo, separados por un gran océano.

Lo que sostenían los primeros cristianos, que antes de enfermarse el cuerpo, se debe enfermar el alma, estaba confirmándose, a través de las leyes biológicas por él descubiertas. Leyes, que se cumplen en el 100% de los casos y que por suerte, están cambiando muchos postulados de la oncología tradicional.

En el mes de mayo de este año, se llevó a cabo en Madrid, “El 1er. Congreso Internacional sobre Tratamientos Complementarios y Alternativos en Cáncer”, marcando, como lo dice “Discovery Salud” en su edición nº 73, de junio/2005, “un hito en la historia de la medicina”, agregando luego: “No sólo porque en él ha quedado meridianamente claro que hay que revisar el abordaje tradicional de esta enfermedad sino porque desde ahora, sólo un ignorante indocumentado puede defender que la Radioterapia y la Quimioterapia sean los tratamientos de referencia en cáncer”.

P.: Es muy fuerte todo esto.

A.H.: Así es. También dice más adelante: “no hay ningún producto quimioterápico usado por los oncólogos que cure el cáncer”. Subrayando luego: “Absolutamente ninguno”. Se que es muy fuerte lo que leo, pero lamentablemente, es la realidad. La expectativa de vida, que da la oncología con los tratamientos convencionales (quimioterapia y/o radioterapia), sólo alcanza al 4%, estadísticamente hablando, mientras que en el Estado de Israel, la sobrevida es un 96%, sin quimioterapia ni rayos.

P.: ¿4% sobre un 96%?

A.H.: Si, esa es la relación; por eso creo, que ya es hora, que la medicina replantee esos enfoques teóricos, que llegan a ser dogma en algunos profesionales, no tan solo en el tema cáncer, sino en la mayoría de las enfermedades inmunológicas, que siguen siendo sus tratamientos un fracaso dentro de la medicina alópata hasta el momento. Se llega a afirmar como algo científico, por ejemplo, que una bendita célula cancerosa, se puede desprender de su primitivo tumor de mama, para formar un cáncer óseo, llamando a este proceso “metástasis”, cuando la tecnología actual, jamás pudo observar una célula cancerosa de mama, nadando en la sangre para formar el cáncer óseo. Todos los estudios, dicen que en un cáncer de mama, únicamente hay células de mama y en el de huesos, únicamente células óseas, etc. Jamás se vio una célula de mama en huesos, ni una de hueso en pulmón.

La teoría de las metástasis, porque sólo es una teoría, jamás fue demostrada y sigue vigente, como en los tiempos de antaño. Yo no creo en las metástasis. Creo más bien, que nuevos estados emotivos traumáticos no superados, son el origen de estos nuevos tumores. Si una mujer no supera el schok emotivo de desvalorización, cuando le extirpan una mama, tendrá metástasis al cabo de un tiempo en huesos, y si tiene miedo a morir por la enfermedad que padece, aparecerá en pulmón una nueva metástasis. El cáncer es una enfermedad del alma, que se manifiesta físicamente, como las lágrimas que aparecen en nuestros ojos, cuando lloramos. Por más que sequemos las lágrimas, si no superamos el estado emotivo que las está provocando, seguirán saliendo de nuestros ojos.

P.: ¿Y cual es su propuesta o idea respecto al tratamiento de enfermedades como el cáncer?

A.H.: Ya lo expliqué antes. Se debe ubicar en el tiempo, el estado emotivo traumático que lo ocasionó, para que a través del perdón y del amor, el enfermo pueda desactivarlo, e iniciar el proceso de curación, que como organismo vivo, tiene incorporado en su ser. Un régimen desintoxicante, ayudará sin lugar a dudas, a metabolizar adecuadamente, las terapias que indicará el profesional actuante. Pero quiero agregar algo. Así como un mecánico, no puede arreglar un automóvil que no conoce, un médico no puede tener el éxito esperado, cuando trata una enfermedad que cree conocer y realmente no conoce. Cuando no entiende aún, la labor de los microbios, ni de la fiebre generalizada y menos aún, de los elementos constitutivos del hombre, es muy difícil que logren buenos resultados en sus tratamientos terapéuticos. He conocido profesores de medicina, con un extenso currículum y médicos especializados en famosas universidades extranjeras, sin que hayan logrado, un solo resultado positivo en enfermedades auto inmunes. También conocí mujeres, algunas analfabetas, que tomando té de algún yuyo, superaron patologías graves.

P.: En general, ¿los médicos o la gente que lo escucha, entienden su mensaje?

A.H.: La mayoría de las veces lo entienden, pero los médicos, en general, no se comprometen. Quieren aplicar estas terapias, desde el anonimato. Es comprensible esta postura. No pueden decir lo que yo digo, porque es ponerse en la vereda de enfrente de la medicina oficial y esto muchas veces, les trae grandes problemas.

P.: ¿Desea agregar algo más?

A.H.: Si. Deseos que mis nietos o bisnietos, puedan tener una medicina menos traumática a la que hoy tenemos, donde se prioricen tratamientos más naturales, que no deterioren la dignidad ni la calidad de vida, que como seres humanos aspiramos. Espero que los médicos, dejen a un lado la soberbia que muchas veces conlleva su título académico, para estudiar o investigar, algún tratamiento no convencional, que da mejores resultados que los por ellos aplicados, para contribuir con la ciencia y la tecnología de nuestro siglo. Quizás entonces, no necesitemos ir a un curandero o una bruja, para que a nuestros hijos, los curen de un empacho, de un mal de ojos o de la paletilla.

P.: Nos quedaron muchas preguntas sin formular. Quizás en una próxima entrevista, tengamos oportunidad de hacerlo. Sabemos que al mensaje de Amado Hezze, hoy lo conocen en no pocos países. Quizás tenga razón en lo que dice y hace, o quizás sea un vendedor de ilusiones, como alguien dijo alguna vez de él. El tiempo, en un cercano futuro, dilucidará este problema.

Andalgalá, 18/09/05                                                                                        Luis Garelli

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